lunes, 7 de febrero de 2011

Del infierno a la Gloria en dos semanas

La bolsa española subió casi un 10% en el mes de enero. El mayor alza en este mes de los últimos 10 años. Además, es una de las bolsas que mejor comportamiento ha tenido en este arranque de 2011. Hay un tópico en los mercados que dice que si el mes de enero es alcista, lo será el resto del año...Los datos no lo corroboran, pero por lo menos hay motivos para soñar con un año alcista.

Pero, ¿qué es lo que ha hecho que se produzca este cambio tan radical en el sentimiento de los inversores?, ¿Es sostenible?, ¿Ha mejorado tanto la economía como para justificar esta subida?.

A la luz de los datos macroeconómicos no deja de ser sorprendente este repunte. Los datos del paro, de inflación, de las finanzas locales y autonómicas, de ventas de automóviles, del sector financiero, etc, dibujan un panorama bastante sombrío sobre España. El optimista diría que los mercados de valores se adelantan a la economía y que por eso, igual que el año pasado se produjo una caída tan pronunciada, ahora se adelanta la recuperación.

La realidad es que se han producido una serie de acontecimientos en las últimas semanas que han contribuido a devolver parte de la confianza perdida. Así, las reformas de las pensiones (junto al “pacto social”) y la aceleración de la reforma del sector financiero han sido claves en este proceso. Desde fuera, la posible reforma del Plan de Rescate Europeo, aunque sin cerrar, ha abierto la posibilidad de ser utilizado de una forma mucho más flexible, lo que beneficiaría de manera muy especial a nuestro país. La consecuencia: Estrechamiento de los diferenciales entre la deuda alemana y la española, reducción del coste de cobertura de la misma y, sobre todo, cierre de posiciones cortas sobre los principales valores de nuestro índice.

Por tanto, aunque la economía seguirá purgando, la bolsa descuenta la posibilidad de una mejoría todavía incierta.

Para las próximos semanas, atentos a los datos de inflación mundial, sobre todo de los alimentos y la energía, detrás de los conflictos geopolíticos (Túnez, Egipto,...); a las medidas de restricción crediticia en los países emergentes y, especialmente, a la evolución de las finanzas públicas no sólo de los países periféricos, sino en las principales potencias mundiales como Reino Unido y EE.UU.. Y, como no, a ver cómo queda el mapa financiero en España.