lunes, 4 de abril de 2011

Pánico Nuclear

El 11 de marzo se produjo la catástrofe. El terremoto y posterior Tsunami de Japón han provocado la mayor crisis en el país desde 1945. A las pérdidas de vidas humanas y daños materiales se unió el destrozo de la central nuclear de Fukushima que, tres semanas después, sigue sin estar controlada. El riesgo de catástrofe nuclear permanece.

No es habitual hablar de un terremoto en foros económicos (recuerden Chile y Haití) pero cuando se produce en la tercera economía mundial y afecta a una central nuclear, no se puede dejar de hacerlo.

Sin embargo, los mercados han reaccionado bien y, tras un primer momento de pánico, recuperaron gran parte de las caídas. Y eso a pesar de que el mes de marzo ha sido pródigo en noticias negativas para los mismos.

Las revueltas en el Norte de África se saldan, de momento, con una guerra abierta en Libia. Son ya muchos los países “contagiados” del ansia reformista (Túnez, Egipto, Bahrain, Yemen, Siria), pero lo que más preocupa es el contagio a Arabia Saudí. Esta situación ha llevado el precio del petróleo por encima de los 115$, metiendo más presión a la inflación a nivel mundial. Todas las materias primas siguen disparadas lo que ya ha provocado que el BCE anuncie la primera subida de tipos desde 2008.

En un terreno más “económico”, resaltar las reuniones mantenidas en el seno de la Unión Europea durante marzo. El objetivo: Proteger el euro y acordar las reformas necesarias para asegurar los mecanismos de protección (¿rescate?) de los países en apuros.

Y para terminar el mes, resaltar la deriva de Portugal, al borde de la intervención y sin Gobierno tras la dimisión de Sócrates y la derrota de Angela Merkel en Baden- Wuttemberg tras el alza de los verdes y que sin duda hará más difícil la vida en coalición a nivel nacional de la Sra. Merkel.

Por tanto, mes de marzo salvado “con nota” dadas las circunstancias, con el Ibex como uno de los mejores índices desde principio de año. Para abril, seguiremos la reforma del sector financiero en España así como el resto de reformas pendientes y veremos si el mercado nos separa, definitivamente, de Portugal.