lunes, 7 de junio de 2010

El asesoramiento en fondos de inversión

El fondo de inversión (FI) es el mejor producto para gestionar el ahorro a medio plazo. Esta verdad, compartida en la industria financiera choca con una realidad: Cada vez que Bancos y Cajas inician una campaña de captación de depósitos, los FI ven caer su patrimonio. Esta circunstancia es propia de la industria española y, salvo excepciones, apenas se da en otros países.

Esto explica la situación de la industria de FI en España. En primer lugar, son las redes de Bancos y Cajas las principales “colocadoras” de productos de ahorro. De hecho, la gran mayoría de los FI (el 90%) son gestionados por Gestoras pertenecientes a estas entidades. Aquí surge el primer problema de la industria: La competencia interna en las entidades. Son estas las que marcan las directrices comerciales. Dicho de otro modo, es la entidad la que decide en cada momento qué producto “recomendar” a sus clientes en función de sus necesidades, no les del cliente.

Así, el empleado de la red bancaria de turno, pierde cualquier discreción a la hora de recomendar un producto a sus clientes. Le recomendará lo que marca la entidad “desde arriba”, sin tener en cuenta lo que él considera lo mejor para su cliente. No hay nada reprochable en esta actitud, habida cuenta de que no son entidades sin ánimo de lucro.

Por tanto, me atrevo a decir que el “asesoramiento en FI” apenas existe en nuestro país. Lo que hay es distribución de FI. Esto aplica a más del 90% del volumen invertido en FI. Somos muy pocas las entidades que nos dedicamos a asesorar en materia de productos de ahorro sin tener conflictos de interés, aunque esto está cambiando con el nacimiento de las EAFI.

La siguiente cuestión es la calidad de los productos. Parto de la base de que los ahorradores españoles no son tontos. Si los FI ofreciesen rentabilidades suficientemente atractivas de forma consistente, el tipo de ofertas comentadas no servirían para movilizar ingentes cantidades de recursos de FI a depósitos. Pero, ¿lo hacen?. La realidad es que no. Basta con echar un vistazo a los datos de rentabilidades históricas para darse cuenta de que en los últimos 10 años apenas han conseguido batir a la inflación. Por este motivo, no es de extrañar que los ahorradores no tengan ningún reparo en salir de los FI para constituir imposiciones a plazo. Es una pena constatar como el 20% de los mayores FI domésticos aglutinan el 76% del volumen total y entre ellos apenas una quincena de productos supera a la inflación en los últimos 5 años.

La buena noticia es que existen FI al alcance de los ahorradores que, combinados adecuadamente, han conseguido batir de forma sistemática a la inflación en los últimos años, y todo ello beneficiándose de una mejor fiscalidad.

El mensaje para los ahorradores es claro. No es oro todo lo que reluce. A la hora de ahorrar, es conveniente contar con asesoramiento cualificado y analizar todas las alternativas disponibles. Gracias a la arquitectura abierta, la mayoría de las entidades cuenta hoy en día con una gama de productos amplia, más allá de los gestionados por la propia entidad, entre los que se pueden encontrar algunos que bien combinados baten la rentabilidad de los depósitos. Para ello es esencial evitar los conflictos de interés y diferenciar entre asesoramiento y distribución.

La regulación europea ha establecido una clara distinción entre lo que es asesoramiento y lo que es distribución. En este sentido, el nacimiento de las EAFIS (Empresas de Asesoramiento Financiero) puede ayudar a poner sobre la mesa la importancia del asesoramiento independiente.